sábado, 11 de julio de 2020

EL TEST DE LA SONRISA

            Desmaquíllate, recógete el pelo hacia atrás, colócate frente a un espejo y sonríe: ahora consulta las descripciones que te ofrecemos a continuación para saber a cuál de los cinco tipos se parecen mas tus pómulos.
  1. Pómulos Altos: Cuando sonríes, parece que tus pómulos se desplazan hacia tus ojos y hacia la parte superior de las orejas.
  2. Pómulos Bajos: Cuando sonríes, parece como si tus pómulos comenzaran en los ángulos de tu boca y terminaran bajo tus orejas.
  3. Pómulos Anchos: Cuando sonríes, tus pómulos se separan e imitan la forma de tu mandíbula.
  4. Pómulos Centrados: Cuando sonríes, en tus mejillas se forman dos montículos prominentes muy acusados.
  5. Pómulos Pequeños: Cuando sonríes, tus pómulos son casi imperceptibles.
            Mejora tu estructura ósea.

            No puedes cambiar tu estructura ósea, pero sí conseguir que tus pómulos parezcan más definidos ejercitando y masajeando los músculos que los conforman.  Realiza estos ejercicios al menos una vez a la semana.

            Tonifica las mejillas: Comenzando desde la nariz, pellizca suavemente la cara con los dedos índice y pulgar a lo largo de la base de cada pómulo.  Avanza despacio hacia el punto donde las mejillas se juntan con la mandíbula, y después vuelve a dirigirte hacia la nariz.  Este ejercicio reduce la hinchazón.

            Reafirma la Piel: Con las yemas de los dedos, realizando movimientos circulares, masajea suavemente la piel con aceite de oliva, desde la mandíbula hasta los pómulos.  El aceite de oliva es muy rico en nutrientes que fortalecen el tejido cutáneo y que incluso mejoran el aspecto de la piel.


            Fortalece el Músculo:  Ponte delante de un espejo y sonríe.  En el punto en el que tu sonrisa sea más amplia, mantenla durante unos segundos, e intenta aumentarla levantando aún más los ángulos de la boca.  Este ejercicio reafirma los músculos y combate su tendencia a la flacidez.



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