Cuando realices estos movimientos, acuérdate en todo momento de respirar suave y profundamente por la nariz. Si un movimiento te produce dolor, no lo hagas. Nunca debes sentir tensión ni sobre estiramiento, haz sólo lo que puedas.
Estiramiento con Manos.
- Siéntate de rodillas con la columna recta y los hombros relajados. Pon la mano derecha detrás de la espalda, con la palma hacia afuera. Toma aire y levanta el brazo izquierdo.
- Espira, baja el brazo izquierdo y sube el derecho. Inspira e intenta juntar las puntas de los dedos. Espira y mantén la postura.
- Repite el ejercicio con el otro brazo, manteniendo la columna y los hombros rectos.
Tonifica la parte superior de los brazos.
Alivia cuello y hombros tensos.
Mejora la respiración.
La Cobra.
- Túmbate sobre el estómago, con la barbilla apoyada en el suelo. Coloca las manos bajo los hombros, manteniendo los codos pegados al cuerpo.
- Inspira y empuja el torso hacia arriba de modo que los hombros y el estómago se levanten del suelo; si te duele, párate. Mantén el cuello estirado y relajado y no curves los hombros. Espira y después baja el torso lentamente.
- Si el movimiento anterior te ha resultado difícil, sáltatelo y pasa a éste. Pon las manos bajo los hombros, con los dedos mirando hacia dentro. Inspira y empuja el torso hacia arriba hasta que se levante del suelo, manteniendo el cuello y los hombros relajados. Espira y baja.
Alivia el dolor de espalda.
Fortalece cuello y muñecas.
Mejora la postura.
El Árbol.
- Mantén la mirada fija en un punto justo delante de ti y mantente recta con los pies juntos y los glúteos y el vientre contraídos. Coloca la planta del pie izquierdo en el interior del muslo derecho, de manera que la rodilla quede apuntando hacia afuera; utiliza los brazos para mantener el equilibrio.
- Equilíbrate, inspira y junta las palmas de las manos delante del pecho. No te preocupes si te tambaleas un poco: lo harás mejor con la práctica.
- Espira, después inspira y levanta suavemente los brazos por encima de la cabeza. Entrelaza los dedos y estírate, respirando normalmente. Espira despacio a medida que bajas los brazos y después la pierna. Repítelo con la otra pierna.
Favorece la concentración.
Mejora el equilibrio y la postura.
Fortalece las piernas.
El Arco de Pie.
- Ponte de pie con los pues juntos y los glúteos y el vientre contraídos. Mira hacia delante. Levanta la pierna izquierda y agárrate el pie por dentro.
- Alza el brazo derecho hacia arriba para mantener el equilibrio y tira de la pierna izquierda. Asegúrate de que la cadera está recta y después inspira. Espira lentamente al mismo tiempo que levantas la pierna y estiras la espalda.
- Sólo si eres ágil, levanta un poco más la pierna y estira un poco más hasta alcanzar el equilibrio. Respira normalmente, baja la pierna y repite con la otra.
Estimula la circulación.
Reduce la celulitis.
Aporta energía.
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