El empleo del corrector adecuado para cubrir imperfecciones y camuflar ojeras ayuda a obtener una buena base de maquillaje.
El corrector fue creado en un principio para disimular cicatrices, pero cuando las mujeres se dieron cuenta de que ocultaba las manchas visibles a través de un fondo de maquillaje normal, rápidamente se convirtió en un producto imprescindible en todo kit de maquillaje. Hoy en día los correctores se dividen en dos tipos: los que ocultan las imperfecciones de la piel y los difusores de la luz. Los del primer grupo tienen fórmulas lo suficientemente densas como para disimular granos y cicatrices. El segundo grupo se caracteriza por tener pigmentos difusores de la luz que iluminan las sombras oscuras y difuminan las líneas finas de la piel.
Accesorios Esenciales.
La mejor herramienta depende de la fórmula que vayas a utilizar, de lo que pretendas cubrir y, por supuesto, de las preferencias personales.
- Pinceles correctores: Son perfectos para cualquier clase de producto. El extremo aplica el corrector exactamente donde tú quieres, por ejemplo, sobre granos o pequeñas pecas, mientras que el lateral extiende, mezcla y difumina.
- Pinceles correctores: Busca un pincel plano con el extremo puntiagudo.
- Bastoncillos de algodón: Buenos, aunque menos precisos que el pincel, son excelentes para aplicar corrector sólido sobre manchas extensas y para extender los productos cremosos o líquidos sobre áreas despigmentadas. La higiene no es un problema, pues son "de usar y tirar".
- Esponjas: Resultan idóneas para aplicar los correctores líquidos, cremosos y en barra, cuando lo que se desea es cobertura más que una aplicación precisa sobre un punto. Permiten extender muy bien el producto.
- Dedos: Constituyen un buen sustituto de la esponja, pero no son la mejor opción para aplicaciones sobre granos.
Consejo de Experto:
Para cubrir cicatrices o marcas importantes, busca correctores de "camuflaje" de especialista, que duran más y proporcionan una cobretura más gruesa que los otros tipos.
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