Antes de empezar, asegúrate de que la temperatura de la habitación sea cálida. También es importante que tu asiento sea cómodo y esté cubierto con una toalla gruesa.
Para el masaje puedes utilizar una crema hidratante o, si lo prefieres, un aceite específico ya preparado. Dedícale al masaje al menos 20 o 30 min. y cuenta con cierto tiempo después para relajarte.
- Comienza el masaje extendiendo un poco de aceite o de crema sobre todo el pie, desde los dedos hasta los tobillos, en línea recta y con movimientos largos y firmes.
- Masajea cada dedo con movimientos circulares, estirándolos al mismo tiempo que los frotas.
- Ahora trabaja la planta del pie, centrándote en las áreas comprendidas entre los metatarsianos. Trabaja con movimientos circulares y presiona con firmeza.
- Toma cada pie entre tus manos y, con un rápido movimiento de frotamiento, masajéalo hacia arriba y hacia abajo.
- Utiliza los nudillos para frotar y ejercer presión sobre el arco del pie, y después presiona y fricciona firmemente la planta hacia los dedos con la palma de la mano.
- Relájate unos minutos y después pasa al dorso del pie. Con una ligera presión, frota la piel de entre los dedos y a lo largo de todo el pie, hasta la base de la pantorrilla.
- Termina masajeando el tobillo varias veces, haciendo movimientos circulares y estirando el pie con los dedos hacia atrás.
Consejo de Experto.
Date este relajante masaje podal antes de ponerte los zapatos de tacón. Al tener los pies sueltos y relajados, te sentirás cómoda con los tacones durante más tiempo.
El masaje de pies puede estar desaconsejado para las personas con ciertas patologías, como ademas, cardiopatías o diabetes; si no estás segura, consulta a tu podólogo o a tu médico.
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