sábado, 8 de agosto de 2020

UNA LIMPIEZA CORRECTA.

             Antes de empezar, lávate bien las manos y retírate el pelo de la cara.  En los pasos que describimos a continuación, utilizamos una crema limpiadora, pero puede seguirse la misma técnica con geles, espumas o pastillas.  Calienta el producto previamente entre las manos para que te resulte más fácil extenderlo sobre la piel.

  1. Deposita una pequeña cantidad de limpiador en las mejillas y extiéndelo hacia arriba y hacia la línea del cabello.  Evita la zona de los ojos, que es muy sensible, pero no te olvides del cuello ni de la zona de detrás de las orejas, que a menudo se pasan por alto.
  2. Extiéndete bien el producto sobre el cuello y la cara realizando, a la vez, un suave masaje con las yema de los dedos.  Esta operación ayuda a que la suciedad se desprenda y estimula el flujo de sangre y oxígeno hacia la superficie de la piel, proporcionando al rostro un rubor natural.
  3. Ahora, utilizando un paño de muselina o una toallita suave para la cara humedecida en agua caliente, retira suavemente el producto limpiador.  Pasa el paño o la toallita por la cara con rápidos movimientos circulares.  Esta acción ayuda a eliminar las impurezas que hayan quedado.
  4. Para estar segura de que has eliminado cualquier resto de producto limpiador, pasate suavemente por la cara unos algodones desmaquilladores embebidos en agua fría, que actuará como tónico facial refrescante.

                                       SI                                                                            NO                                   
Retirar bien todo el producto limpiador.
De lo contrario, la crema hidratante no penetrará bien.                     
Retirar el producto limpiador con un pañuelo de papel.
Puede irritar la piel.
Lavar con regularidad los paños utilizados para la cara.
Para garantizar que estén limpios de bacterias.
Frotar con demasiada fuerza.
Puedes arrastrar la capa protectora de la piel.
Limpiar el cuello don un producto específico.
Es una zona demasiado delicada para un jabón normal.
Utilizar agua muy fría ni muy caliente.
Pueden provocar la rotura de venillas.           

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