El mayor favor que puedes hacerles a tu piel es limpiarla adecuadamente. Unos buenos hábitos diarios de limpieza eliminarán la suciedad, el sudor, el maquillaje, los residuos de contaminación, las células muertas y las bacterias que cubren el cutis, obstruyen los poros y dan lugar a la aparición de espinillas, puntos negros, sequedad, grasa y manchas. Además, una buena limpieza hará que la piel se renueve más rápidamente y le dará a tu rostro un aspecto radiante. Por otro lado, al estar limpia, la piel se volverá más receptiva a los productos hidratantes y tonificantes, así como a otros tratamientos de belleza.
El Experto Aconseja.
La limpieza facial antes de irte a la cama es la más importante, ya que tu cara habrá acumulado la suciedad de todo el día. La limpieza de la mañana no requiere, quizá, tanto tiempo como la de la noche, pero no te la saltes. Mientras duermes, tu piel sigue activa, produciendo sebo y desprendiendo células muertas; por dicho motivo, si no te limpias la cara cuando te despiertas, el maquillaje se depositará en los poros obstruidos, dando lugar a la aparición de granos. En cualquier caso, la limpieza suaviza la piel, preparándola para la hidratación y el maquillaje.
Si te notas la piel pegajosa después de limpiártela, es que no has retirado bien el producto.
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